Ley de Responsabilidad Extendida del Productor “Va”:Ya no hablamos de residuos, sino de recursos.

24.04.14 Por Loreto Valdés (*) Durante el workshop “Las directrices del gobierno de Michelle Bachelet en la ley de reciclaje de REP”, organizado por el Centro de Envases y Embalajes de Chile (CENEM) el 11 de abril, 2014, se presentó el estado del arte del proyecto de Ley de Responsabilidad Extendida del Productor en el Congreso, así como interesantes iniciativas y modelos de sistemas integrados de gestión (SIG) de manejo de envases post consumo: la de Eco Vidrio de España, el modelo SIG de la municipalidad La Granja y el modelo SIG integrado del Movimiento de Recicladores de Chile, tanto como el aporte del proyecto con Fundación Casa de la Paz.

elementos-reciclarEl abogado Ricardo Irarrázabal explicó por su parte, cómo adaptarse a las nuevas exigencias de la REP. Lo que está claro, es que, después de 20 años desde que se comenzó a hablar en la CONAMA de aquel entonces, sobre el manejo de los residuos post consumo y especialmente de los envases y embalajes, el proyecto de ley va, según lo manifestó Joost Meijer, Jefe de Sección de Residuos Sólidos, División de Políticas y Regulación Ambiental, de Ministerio del Medioambiente; en diciembre de este año, la ley se debiera publicar.

Mariana Soto, gerente del Cenem, señaló que para el éxito de la aplicación de la ley, en beneficio del medioambiente y de la salud, es fundamental contar con la cooperación público-privada, así como con la voluntad política. El ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier, informó recientemente que el proyecto de Ley REP seguirá su curso en la Cámara de Diputados, incluyendo las modificaciones que se le han hecho llegar al Ejecutivo y que no se trabajará por ahora en una ley de gestión general de residuos, señaló la gerente del Cenem.

“Lo más complejo, comentó, es articular lo ya existente en modelos de gestión, basados en realidades muy distintas, y las nuevas instancias a implementar por los envasadores sin perder lo ganado hasta ahora.  Un desafío no menor a la hora de complementar los sistemas que hoy funcionan”.

Por cierto, quedan muchas definiciones operacionales para la implementación de la ley, entre ellas, la responsabilidad de los distintos eslabones de la cadena que participan en su puesta en práctica: las municipalidades (que tendrían que facilitar lugares públicos para instalar centros de acopio, por ejemplo); los consumidores, quienes necesitamos educación para un cambio cultural para aportar los envases post consumo para que entren al ciclo de manejo; los productores, quienes serán los que pagan (considérese productor aquel que es usuario de un envase, como aquel que importa por primera vez un producto prioritario – aún por Internet, lista que se ampliará_ a Chile); la identificación de los productos; el etiquetado que obligará a la separación en origen y recolección selectiva; la definición de cuotas diferenciadas de recolección según cobertura geográfica; etc.

Esto, tomando en cuenta que el foco de la ley está en la prevención, luego la preparación para la reutilización, el reciclaje, y la valorización energética, en orden piramidal de mayor a menor. Y esto, por medio de “reducir la generación de residuos fomentando el reciclaje con fines ambientales y de salud”, según indicó Irarrázabal, quien aclaró que existe un modelo jurídico y otro económico, que deberán compatibilizarse en la Ley y sus decretos.

Ya no hablamos de residuos, sino de recursos.

Con el foco puesto en el valor agregado de los nuevos potenciales recursos provenientes de lo que antes eran denominados residuos, aparecen nuevas oportunidades de gestión y de recursos, entre ellos, nuevos materiales y recursos económicos. Oportunidades que a nivel municipal y de algunas agrupaciones locales se han aprovechado especialmente por medio de los “recicladores base” (grupos de personas que se han capacitado y organizado para realizar la recolección y y/o separación de envases post consumo y su entrega a entidades recicladoras, a cambio de dinero, en la etapa final) y cuya próxima meta debiera ser que “logren certificarse”, según Meijer.

Su trabajo comunal está generando ganancias de inclusión social, organización y conocimiento entre los vecinos, limpieza de hogares y calles, y además, ingresos que ellos esperan vayan incrementando en la medida que consiguen mayores volúmenes de materiales. El antiguo concepto de basura, entonces, hoy se ha ampliado a gestión sustentable de recursos, desde su extracción. Las siguientes etapas de estas acciones, incluyen la comprobación estadística de los volúmenes reales que se logra conseguir, pues una cosa es la Ley, y otra es su aplicación y la respuesta de las personas y empresas para generar los volúmenes y cadenas de acopio estipuladas por la ley. Las inversiones en la cadena son diversas y cuantiosas.

A nivel de productores, el español Javier Puig de Eco Vidrios, señala la necesidad de que envasadores y recicladores se contacten y establezcan compromisos de utilización de los residuos recuperados como materia prima, como parte del SIG; este se hace responsable de todos los procedimientos de planificación, y de diseñar la estructura de la entidad de gestión como de cuantificar los costos del sistema.

Diseño de productos

Otra etapa valiosa, es diseñar productos pensados para cumplir de mejor forma con la nueva ley; formas, materiales, estructuras y procesos ya se están pensando bajo conceptos más “verdes”; pero no por ello más baratos, pues el costo de la energía será un factor relevante y que tiende al alza, sobre todo si se considera el transporte y distribución. Para los proyectos municipales, otra fuente de ingresos es la comercialización de productos diseñados a partir de los materiales y/o productos post consumo bien tratados (por higiene y seguridad), con valor agregado por reutilizar materiales, por buena calidad y buen diseño que sea innovador.

Datos Locales:

En la comuna de Peñalolén en Santiago, 4.400 familias entregan residuos a recolectores organizados.

En la comuna de La Granja, existen 121.000 habitantes, se generan 60.901 toneladas de residuos sólidos anuales, equivalente a 1,5 kilos por persona; la municipalidad debe pagar 81 millones de pesos mensuales por la recolección de su basura. La gestión de su centro de manejo de residuos está generando $1.500.000 de retorno al mes.

Por María Loreto Valdés, para www. mundoembalaje.org

(*) María Loreto es diseñadora con amplia trayectoria en envases y embalajes, y miembro de IPPO, la International Packaging Press Organization.

Ver Ley Marco para la Gestión de Residuos y Responsabilidad Extendida del Productor, Acuerdo 9/2013, del 18 julio 2013 en http://www.mma.gob.cl/1304/articles-51182_acuerdo9_2013.pdf

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